De momento, espero con verdadera excitación conocer algún detalle de la portada. Viendo de qué son capaces, no me cansaré de alabar el trabajo de Calderon Studio, del que espero un resultado de gran calidad. Para mí, significa algo así como la confirmación de que el sueño está volviéndose tangible. Con la imagen de esa cubierta, tantas veces elucubrada a lo largo de muchas noches, van asociadas las ilusiones de aquel día, meses atrás, en el que me propuse publicar una novela.
Quienes sigan el blog sabrán que he procurado combatir la falta de noticias con propuestas para «picar la curiosidad» de los futuros lectores. En primer lugar, continúa activo el concurso sobre el propio argumento de la novela. Debo reconocer que muy pocos se han animado de momento a participar. Desconozco si se debe a pereza ante el desafío de repasar los artículos publicados (que tampoco son tantos), o por ausencia de aficiones detectivescas entre quienes visitan el blog. Sea como sea la oportunidad sigue ahí, para los que se atrevan con ella.
La otra iniciativa surgió de un «ramalazo de creatividad» inspirado por el artículo de Tania Lu en Globedia. En su breve comentario sobre el fenómeno de los book-trailers, aprovechaba para dar unas ligeras nociones sobre cómo realizarlos a quienes se vieran capaces de atreverse con el reto. Y como a uno le gustan este tipo de desafios, dediqué unas cuantas horas a trastear con Photoshop y el Windows Movie Maker. El resultado final, habida cuenta de lo primitivo de las herramientas y el «artesano», ha sido tosco pero efectivo. Aunque aún hay tiempo pra usarlo como punto de partida de algo más elaborado…
Con la llegada de Septiembre se debería acabar este tiempo de espera y, en buena lógica, es el momento de dar novedades con más frecuencia. En principio, hora para hablar de la portada, el envío a imprenta y (supongo) la aparición como «próxima novedad» (con fecha de publicación incluída, espero). Como ya he dicho en otras ocasiones, he procurado mantener un nivel de «ilusión contenida» a lo largo de éste proceso. Un trasunto de «agnosticismo editorial», por el cual conservaba el optimismo sin dejar de considerar las posibilidades de un imponderable que lo echase todo a perder. Pero ahora, cuando casi puedo ver mi nombre asomándose a la estantería de una librería, lo único que deseo es que nada evite la aparición de «El Secreto de los Dioses Olvidados».
P.D: En breve disfrutaré de unas merecidas vacaciones, viaje incluído, pero confío en mantener el blog al día y seguir informando a medida que se produzcan novedades.
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