Sin embargo, parece que eso va a tener que cambiar. Septiembre fue el mes (dos años atrás) en el que pude dar por terminada «El Secreto de los Dioses Olvidados», en Septiembre del año pasado firmé al fin el contrato con Grupo AJEC y ahora será el 15 de Septiembre (si no se tuercen los planes de la editorial) cuando el libro entre en la imprenta. Y la fecha para su aparición oficial en las estanterías, Octubre.
La noticia me ha llegado (ayer), y supone ver mucho más claro el final del túnel. A pesar de mi optimismo y la confianza que tengo en Raúl Gonzálvez, son muchos los comentarios que aparecen en foros y blogs declarando la desilusión que reina entre los aficionados con aspiraciones a publicar. No deja de hablarse de cuánto ha aumentado la dificultad para encontrar una editorial dispuesta a jugársela con nóveles. De los problemas que tienen algunos autores para recibir lo que les corresponde por las ventas de su obra. Un panorama muy negro, al que aún así estoy más que dispuesto a arrojarme de cabeza.
A todo esto, también terminé la revisión de las galeradas. Después de la última reescritura (que ni mucho me esperaba que fuese a acometer), no voy a decir que el libro ha quedado perfecto. Quizás, aplicando una terminología estricta, tan perfecto como está en mi mano. Especialmente, tras las notas que me hizo llegar el primero de mis «reseñadores». Después de leerlas, entendí perfectamente cuál es la función de un «lector crítico» en una agencia o editorial. Con consejos y observaciones concretas como esas, uno tiene mucho más claro por dónde debe ir pasando el cepillo de carpintero. Ha sido toda una experiencia volver a encontrarme sumergido en esa historia que ya casi puedo relatar de memoria, pero no hay nada que me haga más ilusión ahora mismo que esperar el paso de esos tres meses para poder tener un ejemplar del libro delante de mí.
Y para terminar, una reflexión sobre el género para los aficionados a la literatura fantástica.